jueves, 23 de mayo de 2013

Hay que quejarse a los responsables

Como ya dije anteriormente, es necesario que los consumidores hagamos oir nuestras voces a los responsables de aquellas empresas que dicen pomposamente que "quieren darnos satisfacción". Todos sabemos o deberíamos saber a estas alturas que tal expresión no es más que puro márquetin. Lo que quieren realmente es hinchar su cuenta de resultados al máximo.

Pero, repito, debemos aprovechar esa supuesta disposición de los mandamases para dejar constancia de nuestro descontento: por el precio, por el servicio, por lo que sea.  A menudo estas quejas caerán en saco roto, pero no siempre. Los directivos inteligentes saben que las protestas de los clientes son una gran fuente de información para eso que se ha dado en llamar "la mejora contínua".

A continuación expongo dos documentos que presenté ante Carrefour el mismo día para expresar mi desagrado por cómo gestionan esa gran superficie de mi ciudad.

La verdad es que compro poco en Carrefour ya que hay otro hipermercado (al menos) que me parece que tiene mejores precios con parecida calidad, y no diré cuál es.

Pulsar con el ratón para ver el documento entero.
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Como se puede ver, lo marqué como "Sugerencia" aunque perfectamente podría haber sido "Queja".

En segundo lugar, no rellené ningún espacio (creo que estaban en la parte de atrás del papel) con mis datos personales. Eso es debido a que ya conozco el funcionamiento en estos casos: te envían una carta genérica agradeciendo tu colaboración y bla bla... Eso no sirve para nada, si lo piensas bien. Lo importante es que te hagan caso, y con la cartita que recibes ni mucho menos está garantizado. Además, rellenar los datos personales también conlleva un tiempo y no creo que nadie andemos sobrados para regalarlo a esta gente y para recibir una carta sin ninguna utilidad.

Insisto: si nos dejan hablar, hablemos alto y claro. Eso hará que nuestra sociedad sea mejor. Un gran vicio de nuestra democracia es que no se nos consulta a los ciudadanos más que una vez cada cuatro años. Nos piden que les firmemos un cheque en blanco que a ellos, los políticos, no les compromete en nada porque luego harán lo que les de la gana, no lo que prometieron.

¿Porqué no podemos votar los ciudadanos las leyes más importantes? ¿Porqué no hay unas votaciones (de las leyes) cada mes? ¿O mejor cada semana?

Es que consideran que somos tontos y no entendemos de leyes como entienden ellos. No les importa lo que pensemos, lo que sintamos, lo que necesitemos. Una vez que has votado, eres su prisionero. Se erigen en una aristocracia intocable que no tiene que responder ante nadie. ¡Ah, sí, ante los electores cada cuatro años! Eso dicen. Pero realmente lo que saben hacer bien es manipular para que juegue a su favor la esperanza de la gente en un tiempo venidero mejor. Por desgracia, la memoria es muy corta y la gente vuelve a votar a los mismos falsarios que nos estafaron una y otra vez.

Pero, en fin, la teoría política la dejo para otro blog. Sólo quería decir que, en resumen, si nos escucharan los políticos, nos iría mucho mejor.

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