martes, 17 de noviembre de 2009

El juez ordena la liquidación de AFINSA

REVISTA CONSUMER
11 de noviembre de 2009
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El juez ordena la liquidación de Afinsa, que podría devolver a los afectados sólo el 10,32% de lo invertido

La sociedad de bienes tangibles tiene un déficit patrimonial cifrado en 1.823 millones de euros

  • Fecha de publicación: 11 de noviembre de 2009

El Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid ha dictado la disolución y liquidación de Afinsa, después de que la empresa no haya logrado el apoyo de sus acreedores al plan de viabilidad por el que se pretendía devolver a los afectados el 50% de sus inversiones en un plazo de cinco años. Con la liquidación de la compañía de bienes tangibles, los 190.666 clientes perjudicados por la estafa filatélica podrían recuperar entre el 25,7% y el 33% de lo invertido, según la estimación del juez. Sin embargo, el informe de la administración concursal de Afinsa cifra en déficit patrimonial el déficit patrimonial de la sociedad, y recoge que los damnificados sólo recuperarán un 10,32% de la inversión en sellos recogida en los contratos.

El plan de viabilidad presentado por Afinsa sólo recibió el voto favorable válido de 3.322 acreedores, que representaban el 4,64% de las deudas, un porcentaje diez veces inferior al 50% que exige la Ley Concursal para la aprobación del plan de pagos y de viabilidad. Las asociaciones mayoritarias de afectados -OCU, ADICAE y la Federación de Plataformas Blancas- recomendaron a sus más de 100.000 asociados no apoyar la propuesta, ya que a su juicio no garantizaba la devolución de las inversiones.

De acuerdo con el informe definitivo sobre la situación patrimonial de Afinsa, la empresa sólo cuenta con activos valorados en 613 millones de euros, ya que se ha otorgado a la filatelia un precio de 249 millones de euros, diez veces menos que el estimado por los antiguos gestores, de acuerdo con catálogos internacionales. Frente a ello, la compañía tiene unas obligaciones de pago por importe de 2.443,75 millones de euros, lo que arroja un agujero patrimonial de 1.823 millones de euros.

El auto de liquidación, que puede ser recurrido, suspende no obstante la obligación de que los administradores concursales presenten un plan para vender los activos de la empresa hasta que el titular del Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, encargado del proceso penal que se sigue contra los antiguos gestores de Afinsa por presuntos delitos de estafa, administración desleal, insolvencia punible y blanqueo de capitales, emita una resolución sobre el valor real de los sellos.

Con esta medida, Afinsa sigue los pasos de Fórum Filatélico -intervenidas ambas por la Audiencia Nacional el 9 de mayo de 2006-, que otro juez mercantil ordenó liquidar en julio de 2008, aunque el plan de venta de activos no fue aprobado hasta el pasado mes de enero.

Proceso costoso

Por su parte, la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), que representa a un buen número de afectados por esta estafa, manifestó que, si bien el juez había considerado que los perjudicados llegarían a recuperar entre un 20% y un 33% de sus inversiones, se trataba de una estimación "meramente virtual que no solventa el problema de los afectados", para quienes la única buena noticia es que "en cuatro o cinco meses recibirán una cantidad procedente de la liquidación de los bienes de la empresa, que puede estar en torno al 10% de lo invertido". El resto, sin embargo, "se demorará 'sine die'", pronostica ADICAE.

ADICAE celebra que "después de nada menos que tres años y medio por fin se haya establecido la liquidación concursal de Afinsa". La asociación, sin embargo, considera que "toda la parafernalia" del proceso, administradores concursales, etc., ha costado muchos millones y demuestra que "las promesas que hizo el Gobierno, que se comprometió a dotar al proceso de la agilidad y medios especiales para que no se prolongara el drama de tantas familias, eran sólo una excusa para no asumir su responsabilidad por la negligencia mostrada por el Estado en la supervisión de estas empresas".

Los socialistas rechazaron ayer en el Pleno del Congreso de los Diputados una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado para 2010 que proponía la creación de un Fondo Extraordinario de Compensación de Pérdidas para devolver el 85% de lo invertido, con un límite máximo de 20.000 euros, a los afectados por Fórum Filatélico y Afinsa. La enmienda tomaba como referencia los Fondos de Garantía de Depósitos y de Inversiones.

La portavoz de Economía del Grupo Socialista, Marta Gastón, dijo que aceptar el fondo supondría incentivar a quienes "libremente deciden dónde poner sus ahorros" a hacerlo en "productos de elevado o excesivo riesgo". Para Gastón, la solución a las situación de estos afectados no viene "a través de enmiendas presupuestarias", sino con proyectos legislativos que protejan a los consumidores.

ADICAE ha hecho un llamamiento a los afectados para que sigan con las presiones a los partidos políticos en favor de una solución política y acudan a las concentraciones convocadas en toda España para el próximo día 14 de noviembre. Además, tienen previsto realizar una campaña de movilización hasta diciembre.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Carrefour podría hacer más por los clientes habituales

¡Cómo pasa el tiempo! Ya hace 20 días que subí mi última elaboración a este blog...

Bueno, hoy quería hablar de Carrefour. Podría aplicarse casi a cualquier otra gran superficie, pero quiero centrarme en Carrefour, porque hoy he estado haciendo la compra allí.

Desde el 1º de noviembre han suprimido las bolsas gratuitas en las cajas. Esto ha elevado algunas quejas ciudadanas reflejadas en las cartas a los periódicos y en los foros de internet que he tenido ocasión de visitar.

Mi postura personal no es contraria a la retirada de las bolsas "gratuitas" si eso sirve para reducir el consumo de recursos (fundamentalmente petróleo) a nivel mundial. Lo que pasa es que esta medida no la ha tomado Carrefour para ayudar al medio ambiente, como ellos proclaman ("Échale una mano al medio ambiente" es el lema de la campaña), sino para reducir sus costes. Es lógico: al fin y al cabo es una empresa que tiene que repartir dividendos a sus accionistas. Y no creo que los ciudadanos más concienciados con el ecologismo inviertan sus ahorros en comprar acciones de Carrefour, precisamente. Hay, además, perspectivas que ponen de relieve la hipocresía de la campaña. Por ejemplo, muchas de esas bolsas gratuitas tenían un último uso como bolsas de basura o para separar residuos. Ahora, los consumidores tendrán que comprar bolsas de basura para ese mismo fin. Otro argumento que desenmascara la campaña es el de que numerosos productos que se venden en Carrefour vienen con excesivos embalajes plásticos. Tal vez el ahorro de petróleo deberían haberlo empezado por ahí...

Es verdad que evitar el despilfarro de recursos, que a la postre se extraen de la Naturaleza, debería contribuir -y de hecho ocurre así- a mejorar la cuenta de resultados de cualquier empresa. Pero dudo mucho que en el caso de Carrefour se busque algo más que esto último.

Pero a donde yo quería llegar es a la falta de compromiso de Carrefour con los clientes. O, dicho de otra forma: nos tratan como a tontos.

Para empezar, cualquier discrepancia con los precios que figuran en el tique de compra tienes que solventarlos con la Caja Central, que generalmente está en uno de los extremos del pasillo principal. Si te toca lejos, hay tienes un consumo de tu tiempo entre vete y vuelve. No digamos si, además, has dejado algo en las taquillas de consigna, que suelen estar al otro extremo del pasillo mencionado, con respecto a la Caja Central. Con el carro cargado, cinco o diez minutos de paseo (depende de la afluencia de clientes y, por tanto, de los que tengas que esquivar en tu camino) no te los quita nadie.

Si te das cuenta de que se te ha olvidado comprar algo muy necesario no puedes dejar el carro abandonado y entrar a por ello. Tendrás que llevarlo al aparcamiento (bastante más lejos de la Caja Central) y meter las cosas al maletero. Luego te toca volver a empezar: coger el carro, subir las tediosas rampas mecánicas y llevarlo a la entrada. Entre vete y vuelve, 15 ó 20 minutos de tu vida que no volverás a ver.

Si te pasa lo que a mí hoy, te puedes hasta cabrear. Afortunadamente, yo no lo he hecho. No sirve de nada salvo para dañar tu propia salud. El caso es que se me había olvidado entregar a la cajera uno de los "bonos descuento" que te dan en la compra anterior, así que me ha cobrado el importe íntegro. Hasta aquí, parece normal (luego diré porqué uso el verbo "parece"). Como ya tengo la lección aprendida, cuando me he dado cuenta de que no había entregado el bono he ido a la Caja Central a ver si me podían abonar el descuento de dicho artículo. La azafata que me ha atendido me ha recordado que hay que entregarlo al pasar por caja y que no me podía abonar la diferencia. En ese caso he optado por devolver la mercancía, a lo cual no ha puesto reparos. En circunstancias normales tendría que haber vuelto a entrar a comprar ese mismo artículo pasando otra vez por el vía crucis de llegar hasta el lineal correspondiente (las distancias son siempre enormes), cola de caja, etc. Pero como era un artículo superfluo he pensado que no lo necesitaba de momento y he optado por prescindir de él en aras de no perder más tiempo.

¿Porqué he dicho antes: "parece normal" (que te cobren el importe íntegro)? Porque una empresa que crea un club para sus clientes debería darles un mejor trato. Me refiero a que los bonos descuento, que hay que pasarlos enseñando la tarjeta del Club Carrefour, podrían perfectamente estar almacenados en el ordenador central de Carrefour y aplicarse automáticamente al pasar por caja con los artículos correspondientes, sin necesidad de que el usuario se preocupe de guardarlos, cojerlos cuando va a hacer la compra, enseñarlos en el momento preciso, etc.

Alguien puede alegar que eso sería almacenar mucha información. Pero no es cierto. El Gran Hermano de Carrefour memoriza sin problema datos tales como el "cheque ahorro" que cada miembro va generando haciendo compras con la tarjeta Carrefour. Incluso, si usted desea que le reimpriman un tique que ha perdido, con la tarjeta Carrefour y la fecha de compra se lo pueden generar (siempre que dé con una azafata amable). Es decir, los tiques de compra quedan de alguna manera también almacenados en el sistema informático (no sé durante cuánto tiempo). Podrían memorizar los bonos descuento sin problema: normalmente no hay más de 2 ó 3 en vigor en cada momento y los datos necesarios para cada bono son pocos: porcentaje de descuento, tipo de artículos y fecha de caducidad del bono. ¿No sería una bonita forma de ayudar a los clientes?.

Por cierto, aunque no he querido polemizar con la azafata de hoy, yo sé que me podían haber hecho el reintegro que solicitaba: ya ocurrió una vez anterior, aunque en aquél entonces se me olvidó enseñar la tarjeta del club Carrefour. Pero topé con una azafata más agradable que la de hoy y se tomó la molestia de anotar mis datos, etc. Posteriormente ví que efectivamente me habían abonado la diferencia en la tarjeta de pago.

Ojo al dato.